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Loco por incordiar

Pues adiós

Cuando el Rey regresó de la manifestación de Barcelona, llamó a Letizia y le dijo que despertase a las niñas y preparase las maletas. Letizia se quedó un poco sorprendida (normalmente es ella quien da las órdenes), pero vio a Felipe tan decidido que no rechistó. Metió unos camisones y unos vaqueros en una bolsa, preparó el colacao para Leonor y Sofía, las vistió y las peinó. Felipe dejó en su despacho una nota manuscrita, llamó un taxi, se afeitó la barba, se puso gafas de sol y la peluca que le había regalado Santiago Carrillo. Se fueron al aeropuerto. Cogieron el primer vuelo a Nueva York.

Cuando le dijeron a Rajoy que el Rey había huido, el presidente se quedó quieto. Siguió quieto durante días e incluso semanas, pero Soraya se tranquilizó al observar que de vez en cuando parpadeaba.

En Podemos, la noticia se recibió con gran algarabía y estruendo…, aunque Kichi, el alcalde de Cádiz, no podía esconder su preocupación: temía por la cancelación de los pedidos de barcos de guerra que se estaban construyendo, con su bendición, en los astilleros gaditanos para Arabia Saudí.

Puigdemont y Junqueras, que no sabían cómo salir del lío en que se habían metido, aprovecharon la fuga para aplazar el referéndum y los historiadores de la Generalitat se lanzaron a la búsqueda del legítimo sucesor del archiduque Carlos de Austria. Resultó ser el señor Kurtz, empleado de una gasolinera de Mödling, a las afueras de Viena, que no quiso ni ponerse al teléfono. Pensaba que todo era un timo.

Como la jefatura de Estado seguía vacante, se decidió hacer elecciones. Las ganó el PP, como de costumbre, y José María Aznar se convirtió en el primer presidente de la Tercera República española. Entonces el secretario de la Zarzuela encontró la nota que había dejado el Rey sobre su mesilla.

Decía: «Iros todos a hacer puñetas, cabrones».

GRA267. BARCELONA, 26/08/2017.- El rey Felipe VI, junto a los presidentes del Gobierno, Mariano Rajoy (i), y de la Generalitat, Carles Puigdemont (d), en la cabecera de la manifestación contra los atentados yihadistas en Cataluña que bajo el eslogan "No tinc por" (No tengo miedo) que recorre hoy las calles de Barcelona. EFE/Andreu Dalmau

(*) En la foto, de Andreu Dalmau para Efe, Felipe lamenta no ser sucesor de la Casa de Austria

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